El Titanic pierde al joven Jesús Ferreiro || Las Provincias
Todo aquella persona amante o fascinada por el Titanic le conocía. Jesús Ferreiro Aguirre era un hombre joven, fuerte, lleno de ilusión y de proyectos, se pasa- ba las horas leyendo y estudiando hasta el más mínimo de los detalles de la historia del Titanic. Pero el corazón de Jesús, o Suso como le gustaba que le llamaran, dejó de latir en estas fiestas a causa de un fallo cardiaco. Se conocía de memoria hasta el último de los detalles, no sólo de la breve his- toria del mítico barco, sino de la mayoría de los pasajeros que viajaban en el.
La gente cada vez que tenía alguna duda sobre el colosal navío sólo tenía que llamar a Suso, el resolvía el entuerto y, además ampliaba nombres y detalles de lo que se necesita conocer para escribir cualquier reportaje. Él fue el impulsor, en el año 1992, de Titanic The Exhibition, la exposición itinerante más visitada del mundo, que está instalada en la Ciudad de las Ciencias.
A Suso le ha fallado, justo, lo que mejor tenía, su corazón. Será difícil encontrar una persona tan generosa y desprendida como él. Siempre, absolutamente siempre, estaba ayudando, a los demás. Tal vez se preocupo demasiado de los demás y se olvidó de él mismo.
El pasado febrero viajó a Ingla- terra para celebrar junto a Millvina Dean, la única superviviente del Titanic que permanece viva, el 96 cumpleaños de la más joven pasajera del Titanic. Se pasaron toda la mañana hablando y, curiosamente, era Suso quien le contaba a Millvina la historia de su madre, también su- perviviente de la tragedia, y la de su padre y su hermano, que fallecieron en el naufragio. En ese encuentro, Suso y Millvina apagaron las velas de la tarta del 96 cumpleaños, brin- daron con vino dulce español y pro- metieron volver a reunirse para ce- lebrar el 97 cumpleaños de Millvina. Esto ya no lo podrán hacer, por lo menos aquí en la tierra…
Condolencias de todo el mundo
Tanto su padre, Jesús Ferreiro, como su madre, Mayte Aguirre, y sus hermanos, Luis, Gonzalo, Rocío, Macarena y África, no han parado de recibir muestras de con- dolencia de todo el mundo. Pero hay una muy especial. Ha sido una llamada de Millvina para con- tar que, muy pronto, “ella estará a su lado.
“Junto a él prometí seguir cele- brando, allí en el cielo, todos mis cumpleaños, porque, estaba tan a gusto escuchándole todo lo que me contaba sobre el Titanic que, estoy segura, ahora mismo allí en el cielo les estará contando a todos los que viajaban en el barco, incluidos mis padres y mi hermano, que me trajo de España vino dulce, que me gusta mucho, que me compró peluches y que yo hablo mucho. Pe- ro decirle que no se preocupe, que muy pronto estaré con él y que, en- tonces, también continuaré hablando demasiado”.
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