Matteu Bevan Clark, sobrino nieto de uno de los músicos del Titanic visita la exposición en Alicante.
Los músicos del Titanic no fueron embarcados como tripulantes, sino como pasajeros de Segunda Clase, y a través de una empresa intermediaria de “trabajo temporal”.
John Frederick Clark, uno de los componentes de la orquesta del Titanic que, como todos sus compañeros, murió en el naufragio, tenía 29 años y pertenecía a una familia de músicos.
Su cuerpo se recuperó varios días después de la tragedia y fue enterrado en Halifax el día 2 de mayo.
Matttteu Bevan Clark, sobrino nieto del “violinista bajo” de la orquesta del Titanic, visitó la exposición TITANIC THE RECONSTRUCTION, que estos días puede verse en la Sala Municipal de Exposiciones “La Lonja del Pescado”, del Ayuntamiento de Alicante, y dejó escrito en el Libro de Visitas: “Muy fantástico. Muchísimas gracias. Matteu Bevan”.
Después de visitar la exposición declaró que su tío abuelo, John Frederick Clark, pertenecía a una familia de músicos, donde había destacado su tía Mary, participando en muchos conciertos celebrados no solo en Liverpool, ciudad donde residían, sino en muchas ciudades de Inglaterra.
John Frederick Clark vivía en la ciudad de Liverpool, con su madre y sus dos hermanas.
Mi tío abuelo había embarcado en el Titanic el mismo día 10 de abril, fecha de la salida, a las 10:30 horas, como pasajero de Segunda Clase, igual que todos los músicos, que fueron embarcados a través de una empresa intermediaria de “trabajo temporal” .
John Frederick embarcó con el Ticket nº 250654 y fue uno de los ocho músicos que permaneció tocando hasta que fueron arrastrados por la mar.
Su cuerpo fue recuperado por el buque “C.S. Mackay-Bennett”, e, igual que al resto de cadáveres recuperados, envuelto en una bolsa de platico, que llevaba el nº 202, y fue llevado al puerto de Halifax, donde fue enterrado, el día 2 de mayo de 1912, en su cementerio municipal.
Según la nota del responsable de la operación, enviado por la White Star Line, mi tío abuelo tenía pelo negro, ojos verdes y no presentaba ninguna señal destacable en su cuerpo. Tenía puesto un abrigo gris, uniforme de músico de la orquesta del Titanic y calcetines verdes. Llevaba un crucifijo, un reloj de oro y un anillo, también de oro, con las iniciales JFPC En los bolsillos portaba un llavero con 5 llaves, una cartera, una navaja y una pequeña libreta.
Al morir, John Frederick Clark dejó un patrimonio de 139 Libras, que fueron administradas por su madre.
Tras su muerte, en su ciudad Liverpool se celebraron varios homenajes en su honor, destacando los conciertos organizados por la Sociedad Filarmónica de Liverpool.
Antes de abandonar la exposición, en la Lonja del Pescado de Alicante, Matteu Bevan felicitó por el trabajo de la Fundación Titanic manteniendo viva la historia de todas las personas que embarcaron en el Titanic y agradeció el trato que dan a su tío abuelo, y al resto de los músicos del Titanic en la exposición, ya que, sin ninguna duda, fueron unos auténticos héroes.